lunes, 17 de mayo de 2010
filosofia de simon rodriguez
REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DE EDUCACIÒN SUPERIOR
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“SIMON RODRIGUEZ”
FILOSOFIA DE SIMON RODRIGUEZ
Y
DE LA “UNERS”
INTEGRANTE:
KAREN TORREALBA
C.I. 17.855.919
SIMON RODRIGUEZ
Nace en Caracas Simón Rodríguez, calificado de "loco", "maestro" o "don", este ejemplar venezolano, de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771. Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único familiar conocido es su hermano Gayetano.
Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta matrimonial.
Se caracterizará toda su vida por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.
El primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar ingresará a la escuela pública de Rodríguez.Este era un maestro que enseñaba divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu, para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.
Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América, Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura singular.
La enseñanza de Rodríguez se cumple en la adolescencia y en los umbrales mismos de su edad adulta; superados algunos rices de la infancia entre maestro y discípulo, roces que nunca más recordará El Libertador, la compenetración entre ambos es intensa y duradera. Por el carácter independiente y rebelde de Rodríguez se comprende que cale tan hondo en el espíritu del joven.La casualidad pone en manos de Simón Rodríguez, pedagogo per sé y fanático de Juan Jacobo Rousseau, a un niño sano, rico, de alcurnia, inteligente, sin familia, sin padres siquiera a quienes rendir estrecha cuenta de aquella infancia. En suma, encuentra el Emilio ideal. Y Simón Rodríguez inicia la educación que aconseja Rousseau en su Emilio. Bolívar es el primer hombre moderno, quizás el único, que haya sido educado para hombre libre. Rodríguez le hizo cerrar los libros de texto y le abrió el gran libro de la naturaleza. Le enseña antes que nada a ser fuerte de alma y de cuerpo; y a convivir con la naturaleza, sin ser víctima de ella. Le enseña a dar grandes caminatas, a cabalgar días enteros, a nadar, a saltar. Le transmite oralmente cuanto el discípulo puede asimilar. Y le obliga a leer a los grandes autores clásicos como Plutarco y a los modernos como Rousseau. A eso se limita.
Simón Rodríguez, en 1794 presentó al Cabildo de Venezuela un proyecto de Escuelas Públicas, donde analizaba el sistema educativo para aquel entonces y donde planteaba la necesidad de la participación activa de los alumnos en las cátedras, exponiendo sus ideas y aclarando sus dudas. Pero las autoridades coloniales no le prestaron ninguna atención.
Simón Rodríguez, además, de su conocimiento y talento como educador, sintió también la inquietud de la Libertad; participó en el movimiento revolucionario de Gual y España, y complicado en esta tentativa de independencia abandonó el país al fracasar el movimiento y se traslada a Jamaica, suplantando su nombre por el de Samuel Robinson, para evitar cualquier vengativa por parte de las autoridades del rey.
Al llegar a Jamaica en 1798, se inscribió en una escuela pública para aprender ingles, donde hizo buenas relaciones con los niños, que eran sus compañeros de clase, debido a su bondadoso corazón. Luego marchó a los Estados Unidos, estableciéndose en Baltimore, donde se desempeñó por algún tiempo como cajista de una imprenta. Simón Rodríguez tenía un espíritu de aventurero y esto lo llevo a seguir recorriendo varios países. Simón Rodríguez solía decir: "No quiero parecerme a los árboles, que echan raíces en un solo lugar; sino al viento, al agua, al sol, a todas esas cosas que marchan sin cesar".
Viajó por espacio de diez y seis años, conoció Italia, Suiza, Alemania, Bélgica, Rusia, Inglaterra y otros. Su estadía en el viejo continente le permite dominar el francés, el italiano, el alemán y el portugués, profundizar sus estudios filosóficos y entrar en contacto con las teorías revolucionarias que pronto implantarían un nuevo orden político y social de alcance mundial. Todos estos conocimientos, más tarde los vertería en su más destacado alumno: el Libertador Simón Bolívar.
Simón Bolívar viaja a Europa para distracción de su viudez temprana, dura tres años por fuera, donde se encuentra con su Maestro Simón Rodríguez y se convierte en un viaje de aprendizaje, ya que Rodríguez vuelca todos sus conocimientos en él. En esta época Rodríguez le aconseja a Bolívar que estudie a "Helvecio, Holbach, Hume", entre otros.
En 1823, vuelve Simón Rodríguez a Venezuela, cuando su antiguo discípulo Simón Bolívar se encontraba preparando la emancipación del Perú. Al enterarse Bolívar de la llegada de su maestro lo llama a su lado y lo nombra Director e Inspector de Instrucciones Públicas y Beneficencia, y regenta la Escuela Municipal de Caracas. Y en calidad de tal acompaña al Libertador a Chuquisaca, donde funda una escuela, acorde con sus ideas de enseñanza. Se esmera en hacer de sus alumnos albañiles, herreros, carpinteros y otros oficios manuales. Pero lamentablemente fracasa, porque los mismos padres de familia miraban con desagrado que sus hijos aprendieran tales oficios, teniendo que cerrar la escuela.
Bolívar ratificó en 1823 la manera de enseñanza de Rodríguez sobre las buenas costumbres y el amor a la libertad: «Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso».
En 1826 Rodríguez le escribía a Bolívar: "No sé si usted se acuerda que estando en París, siempre tenía yo la culpa de cuanto sucedía a Toro, Montúfar, a usted y a todos sus amigos". Palabras que sugieren la gran amistad entre aquellos jóvenes y el travieso pero respetado Pedagogo. Esto haciendo remembranza de la época que pasaron juntos en París cuando bolívar viajó a Europa.
En ese entonces, Rodríguez solo contaba con treinta años.
En 1829, retirado de la docencia, establece en Azángaro, sobre las riberas del Lago de Titicacas, una fábrica de Velas, que irónicamente él llamaba "De luces americanas". Pero reclamado por la población cedió a encargarse de nuevo de la Educación.
Después de la muerte del Libertador, en 1830, se traslada a Lima y luego a Huacho. En 1833, fue nombrado Director de estudios del Departamento de Concepción, este mismo año, en Chile se entrevista con su compatriota Andrés Bello y funda una escuela de Barrio. Después de algunos años de permanencia en aquella República, pasó a la del Ecuador donde fue nombrado catedrático de Botánica y Agricultura del Colegio de Latacunga.
En 1846, regenta un Colegio en Quito y en 1847, se traslada al Sur de Colombia, entregado siempre a su pasión de enseñar. Luego se enrumba a Perú, donde murió Simón Rodríguez, pobre y sin hogar a los 83 años de edad, el 23 de Febrero de 1854, en el humilde pueblecito peruano San Nicolás de Amotape. Fabricaba velas, que es hacer luz.
Sus restos fueron trasladados en 1954 al Panteón Nacional, en el centenario de su muerte.No sin motivos, Bolívar usaba el calificativo de «el Sócrates de Colombia» para referirse a su maestro.
Simón Rodríguez, fue un maestro ejemplar y gran luchador por la Libertad y la Justicia.
Escribió obras de valioso interés, entre las que se pueden citar:Educación Popular.
El suelo y sus habitantes.
Tratado sobre las luces y las virtudes sociales.Defensa de Bolívar.
El Libertador del Mediodía de América.
Sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social..................................
CARTA DE SIMON BOLIVAR A SU MAESTRO, AL PISAR ÉSTE EL SUELO DE COLOMBIA, DE REGRESO DE EUROPA EN 1823
Usted, maestro mío, ¡cuánto debe haberme contemplado de cerca, aunque colocado a tan remota distancia! ¡Con qué avidez habrá usted seguido mis pasos, dirigidos muy anticipadamente por usted mismo! Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló. Usted fue mi piloto, aunque sentado sobre una de las playas de Europa......En fin, usted ha visto mi conducta; usted ha visto mis pensamientos escritos, mi alma pintada en el papel, y no habrá dejado de decirse: "¡Todo esto es mío! Yo sembré esta planta; yo la enderecé cuando tierna: ahora, robusta, fuerte y fructífera, he ahí sus frutos; ellos son míos: yo voy a saborearlos en el jardín que planté: voy a gozar a la sombra de sus brazos amigos; porque mi derecho es imprescriptible, privado a todo"...Sí, mi amigo querido, usted está con nosotros: mil veces dichoso el día en que usted pisó las playas de Colombia. Un sabio, un justo más, corona la frente de la erguida cabeza de Colombia.
FILOSOFIA DE LA UNIVERSIDAD
La Universidad Nacional Experimental simón Rodríguez se suscribe a los principios fundamentales del hombre, la educación liberadora, la andragogía y la herencia de progreso y pensamiento de nuestro epónimo Simón Rodríguez. Igualmente, define su papel académico, con base en la capacidad transformadora y la conciencia social, las cuales marcan el punto de partida para formar profesionales críticos, conocedores de sus deberes y derechos, con sentido ético, sensibilidad humana y visión colectiva.Está orientada a consolidar una Universidad capaz de formar los promotores y conductores de la nueva realidad nacional, basada en la universalización de la educación y en la colectivización del saber, colocando el saber al servicio de las comunidades.
Carácter Experimental
La Universidad tiene un carácter experimental que le permite ensayar nuevos esquemas organizativos, nuevas metodologías para el logro de los aprendizajes, nuevas concepciones en las funciones y disponibilidades universitarias. Explorar otros senderos para manejar las relaciones interhumanas e incrementar la productividad de los logros académicos en función del rendimiento y el desarrollo nacional.
Las perspectivas de esta Universidad son el parámetro principal en el que se mueve toda su actividad, buscando fundamentalmente y entregando a la comunidad diversas formas que:
Preparen al hombre para intervenir a alto nivel en los problemas y soluciones de los mismos de manera eficiente.
Integren a las capas menos favorecidas para elevar sus niveles de vida y conformar su personalidad promoviendo en ellos una actitud de autorrealización.
Constituyan un instrumento real para liberar al hombre de las ataduras de la ignorancia, y así situarlo en el camino que lo conduzca a generar su propia liberación.
No desarraiguen al ser humano de su realidad vital, sino más bien entregarle las herramientas teóricas, prácticas y tecnológicas en el medio en que se requieren para así contribuir en el desarrollo global de la nación.(pp.92-93).
Carácter Andragógico
Significa que la institución se entiende como una comunidad de gente adulta, que está efectivamente en capacidad de formular su propio proyecto para alcanzar sus fines a nivel estudiantil, académico y administrativo dosificando su ritmo de avance en función de sus naturales capacidades y del cuadro coyuntural de su propio ámbito, a los niveles de las diversas responsabilidades que han asumido en la Universidad
La eficiencia como producto de la auto responsabilidad.
Para la Universidad el estudiante es un adulto responsable de su aprendizaje y es por ello un participante del proceso al lado del facilitador. La metodología de aprendizaje centra todo este proceso en el participante, no en el profesor, pro cuanto como adulto debe afianzar su personalidad, su ética individual que significa una evaluación vivencial de sus potencialidades aptitudinales y de su capacidad de alcanzar objetivos y metas no predeterminadas por el sistema educativo sino que surgen de un análisis de sus aspiraciones formuladas con finalidades personales y sociales. (pp.94-97)
Carácter Nacional
Significa que la Universidad ha de estar presente donde las necesidades humanas y sociales lo requieren. La Institución no se siente limitada por encuadramientos geográficos en donde parecieran surgir fronteras a la búsqueda y a la divulgación del conocimiento, así como a la prestación de servicios que reclaman las comunidades nacionales que constituyen núcleo insustituible para el desarrollo de programas de investigación, de extensión o de docencia vinculados al más genuino interés nacional en la solución de los problemas del desarrollo independiente. La universidad estará donde ella sea necesaria, para esclarecer in situ un problema nacional, para contribuir a resolverlo, para evitar la migración interna de profesionales, para evitar el desarrollo de investigaciones y la formación de profesionales en laboratorios simulados cuando existen ricas posibilidades en la realidad telúrica y ambiental, para vincular al hombre con su terruño y verter sus fuerzas psicológicas al servicio del desarrollo de sus región y contribuir a la formación de una conciencia humanitaria. (pp. 97-101).
Carácter Participativo
Significa que la Universidad se aparta del sistema convencional de las clases magistrales con vigencia exagerada de aulas, pizarrones y rígidos horarios de labor. Al centrar en el adulto el proceso de aprendizaje, el aula está donde él se encuentra en las mejores condiciones para adquirir los conocimientos. El tiempo poco importa si la educación es permanente a través de la vida, todo depende de la capacidad intelectual, de las aptitudes y del esfuerzo que cada quien dedique a alcanzar los objetivos de su aprendizaje.
El carácter participativo está centrado en la búsqueda del conocimiento como actividad esencial e intransferible del participante, el cual aprende a aprender, asegurándose la aptitud ética y autocrítica de la persona.
El proceso de aprendizaje se manifiesta y toma contenido en la confrontación de la teoría con la práctica. Toda formulación teórica, debe ser verificada en la práctica para comprobar si tiene confiabilidad y validez. Toda formulación teórica confrontada con la realidad debe ser analizada, discutida, aceptada o refutada o quizás reformulada y perfeccionada. (pp.101-105).
Carácter Flexible
El carácter flexible de la Universidad le permite cierta elasticidad, al poder adoptar diversas posiciones y maneras situacionales derivadas del carácter andragógico de la institución.
El esquema estructural permite una amplia flexibilidad en el desarrollo de las funciones universitarias y en las instrucciones de cambios en la orientación de las diversas situaciones en función de las variables y el mercado de trabajo y de las necesidades que propone el desarrollo nacional.
En lo conceptual, la flexibilidad permite: ensayar nuevos sistemas de evaluación, la no-obligatoriedad de la asistencia al recinto universitario, la inexistencia de horarios prefijados, el que el participante pueda aprender a su propio ritmo y organice su propio esquema de estudio, la flexibilidad curricular, el poder conjugar la acción estudio y trabajo, producción y aprendizaje, ser un agente de cambio social al vincularse con la comunidad y contribuir a su desarrollo, podrá establecer sus propias empresas, que son también talleres de aprendizaje y de producción real. (pp.105-108).
MINISTERIO DE EDUCACIÒN SUPERIOR
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“SIMON RODRIGUEZ”
FILOSOFIA DE SIMON RODRIGUEZ
Y
DE LA “UNERS”
INTEGRANTE:
KAREN TORREALBA
C.I. 17.855.919
SIMON RODRIGUEZ
Nace en Caracas Simón Rodríguez, calificado de "loco", "maestro" o "don", este ejemplar venezolano, de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771. Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único familiar conocido es su hermano Gayetano.
Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta matrimonial.
Se caracterizará toda su vida por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.
El primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar ingresará a la escuela pública de Rodríguez.Este era un maestro que enseñaba divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu, para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.
Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América, Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura singular.
La enseñanza de Rodríguez se cumple en la adolescencia y en los umbrales mismos de su edad adulta; superados algunos rices de la infancia entre maestro y discípulo, roces que nunca más recordará El Libertador, la compenetración entre ambos es intensa y duradera. Por el carácter independiente y rebelde de Rodríguez se comprende que cale tan hondo en el espíritu del joven.La casualidad pone en manos de Simón Rodríguez, pedagogo per sé y fanático de Juan Jacobo Rousseau, a un niño sano, rico, de alcurnia, inteligente, sin familia, sin padres siquiera a quienes rendir estrecha cuenta de aquella infancia. En suma, encuentra el Emilio ideal. Y Simón Rodríguez inicia la educación que aconseja Rousseau en su Emilio. Bolívar es el primer hombre moderno, quizás el único, que haya sido educado para hombre libre. Rodríguez le hizo cerrar los libros de texto y le abrió el gran libro de la naturaleza. Le enseña antes que nada a ser fuerte de alma y de cuerpo; y a convivir con la naturaleza, sin ser víctima de ella. Le enseña a dar grandes caminatas, a cabalgar días enteros, a nadar, a saltar. Le transmite oralmente cuanto el discípulo puede asimilar. Y le obliga a leer a los grandes autores clásicos como Plutarco y a los modernos como Rousseau. A eso se limita.
Simón Rodríguez, en 1794 presentó al Cabildo de Venezuela un proyecto de Escuelas Públicas, donde analizaba el sistema educativo para aquel entonces y donde planteaba la necesidad de la participación activa de los alumnos en las cátedras, exponiendo sus ideas y aclarando sus dudas. Pero las autoridades coloniales no le prestaron ninguna atención.
Simón Rodríguez, además, de su conocimiento y talento como educador, sintió también la inquietud de la Libertad; participó en el movimiento revolucionario de Gual y España, y complicado en esta tentativa de independencia abandonó el país al fracasar el movimiento y se traslada a Jamaica, suplantando su nombre por el de Samuel Robinson, para evitar cualquier vengativa por parte de las autoridades del rey.
Al llegar a Jamaica en 1798, se inscribió en una escuela pública para aprender ingles, donde hizo buenas relaciones con los niños, que eran sus compañeros de clase, debido a su bondadoso corazón. Luego marchó a los Estados Unidos, estableciéndose en Baltimore, donde se desempeñó por algún tiempo como cajista de una imprenta. Simón Rodríguez tenía un espíritu de aventurero y esto lo llevo a seguir recorriendo varios países. Simón Rodríguez solía decir: "No quiero parecerme a los árboles, que echan raíces en un solo lugar; sino al viento, al agua, al sol, a todas esas cosas que marchan sin cesar".
Viajó por espacio de diez y seis años, conoció Italia, Suiza, Alemania, Bélgica, Rusia, Inglaterra y otros. Su estadía en el viejo continente le permite dominar el francés, el italiano, el alemán y el portugués, profundizar sus estudios filosóficos y entrar en contacto con las teorías revolucionarias que pronto implantarían un nuevo orden político y social de alcance mundial. Todos estos conocimientos, más tarde los vertería en su más destacado alumno: el Libertador Simón Bolívar.
Simón Bolívar viaja a Europa para distracción de su viudez temprana, dura tres años por fuera, donde se encuentra con su Maestro Simón Rodríguez y se convierte en un viaje de aprendizaje, ya que Rodríguez vuelca todos sus conocimientos en él. En esta época Rodríguez le aconseja a Bolívar que estudie a "Helvecio, Holbach, Hume", entre otros.
En 1823, vuelve Simón Rodríguez a Venezuela, cuando su antiguo discípulo Simón Bolívar se encontraba preparando la emancipación del Perú. Al enterarse Bolívar de la llegada de su maestro lo llama a su lado y lo nombra Director e Inspector de Instrucciones Públicas y Beneficencia, y regenta la Escuela Municipal de Caracas. Y en calidad de tal acompaña al Libertador a Chuquisaca, donde funda una escuela, acorde con sus ideas de enseñanza. Se esmera en hacer de sus alumnos albañiles, herreros, carpinteros y otros oficios manuales. Pero lamentablemente fracasa, porque los mismos padres de familia miraban con desagrado que sus hijos aprendieran tales oficios, teniendo que cerrar la escuela.
Bolívar ratificó en 1823 la manera de enseñanza de Rodríguez sobre las buenas costumbres y el amor a la libertad: «Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso».
En 1826 Rodríguez le escribía a Bolívar: "No sé si usted se acuerda que estando en París, siempre tenía yo la culpa de cuanto sucedía a Toro, Montúfar, a usted y a todos sus amigos". Palabras que sugieren la gran amistad entre aquellos jóvenes y el travieso pero respetado Pedagogo. Esto haciendo remembranza de la época que pasaron juntos en París cuando bolívar viajó a Europa.
En ese entonces, Rodríguez solo contaba con treinta años.
En 1829, retirado de la docencia, establece en Azángaro, sobre las riberas del Lago de Titicacas, una fábrica de Velas, que irónicamente él llamaba "De luces americanas". Pero reclamado por la población cedió a encargarse de nuevo de la Educación.
Después de la muerte del Libertador, en 1830, se traslada a Lima y luego a Huacho. En 1833, fue nombrado Director de estudios del Departamento de Concepción, este mismo año, en Chile se entrevista con su compatriota Andrés Bello y funda una escuela de Barrio. Después de algunos años de permanencia en aquella República, pasó a la del Ecuador donde fue nombrado catedrático de Botánica y Agricultura del Colegio de Latacunga.
En 1846, regenta un Colegio en Quito y en 1847, se traslada al Sur de Colombia, entregado siempre a su pasión de enseñar. Luego se enrumba a Perú, donde murió Simón Rodríguez, pobre y sin hogar a los 83 años de edad, el 23 de Febrero de 1854, en el humilde pueblecito peruano San Nicolás de Amotape. Fabricaba velas, que es hacer luz.
Sus restos fueron trasladados en 1954 al Panteón Nacional, en el centenario de su muerte.No sin motivos, Bolívar usaba el calificativo de «el Sócrates de Colombia» para referirse a su maestro.
Simón Rodríguez, fue un maestro ejemplar y gran luchador por la Libertad y la Justicia.
Escribió obras de valioso interés, entre las que se pueden citar:Educación Popular.
El suelo y sus habitantes.
Tratado sobre las luces y las virtudes sociales.Defensa de Bolívar.
El Libertador del Mediodía de América.
Sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social..................................
CARTA DE SIMON BOLIVAR A SU MAESTRO, AL PISAR ÉSTE EL SUELO DE COLOMBIA, DE REGRESO DE EUROPA EN 1823
Usted, maestro mío, ¡cuánto debe haberme contemplado de cerca, aunque colocado a tan remota distancia! ¡Con qué avidez habrá usted seguido mis pasos, dirigidos muy anticipadamente por usted mismo! Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló. Usted fue mi piloto, aunque sentado sobre una de las playas de Europa......En fin, usted ha visto mi conducta; usted ha visto mis pensamientos escritos, mi alma pintada en el papel, y no habrá dejado de decirse: "¡Todo esto es mío! Yo sembré esta planta; yo la enderecé cuando tierna: ahora, robusta, fuerte y fructífera, he ahí sus frutos; ellos son míos: yo voy a saborearlos en el jardín que planté: voy a gozar a la sombra de sus brazos amigos; porque mi derecho es imprescriptible, privado a todo"...Sí, mi amigo querido, usted está con nosotros: mil veces dichoso el día en que usted pisó las playas de Colombia. Un sabio, un justo más, corona la frente de la erguida cabeza de Colombia.
FILOSOFIA DE LA UNIVERSIDAD
La Universidad Nacional Experimental simón Rodríguez se suscribe a los principios fundamentales del hombre, la educación liberadora, la andragogía y la herencia de progreso y pensamiento de nuestro epónimo Simón Rodríguez. Igualmente, define su papel académico, con base en la capacidad transformadora y la conciencia social, las cuales marcan el punto de partida para formar profesionales críticos, conocedores de sus deberes y derechos, con sentido ético, sensibilidad humana y visión colectiva.Está orientada a consolidar una Universidad capaz de formar los promotores y conductores de la nueva realidad nacional, basada en la universalización de la educación y en la colectivización del saber, colocando el saber al servicio de las comunidades.
Carácter Experimental
La Universidad tiene un carácter experimental que le permite ensayar nuevos esquemas organizativos, nuevas metodologías para el logro de los aprendizajes, nuevas concepciones en las funciones y disponibilidades universitarias. Explorar otros senderos para manejar las relaciones interhumanas e incrementar la productividad de los logros académicos en función del rendimiento y el desarrollo nacional.
Las perspectivas de esta Universidad son el parámetro principal en el que se mueve toda su actividad, buscando fundamentalmente y entregando a la comunidad diversas formas que:
Preparen al hombre para intervenir a alto nivel en los problemas y soluciones de los mismos de manera eficiente.
Integren a las capas menos favorecidas para elevar sus niveles de vida y conformar su personalidad promoviendo en ellos una actitud de autorrealización.
Constituyan un instrumento real para liberar al hombre de las ataduras de la ignorancia, y así situarlo en el camino que lo conduzca a generar su propia liberación.
No desarraiguen al ser humano de su realidad vital, sino más bien entregarle las herramientas teóricas, prácticas y tecnológicas en el medio en que se requieren para así contribuir en el desarrollo global de la nación.(pp.92-93).
Carácter Andragógico
Significa que la institución se entiende como una comunidad de gente adulta, que está efectivamente en capacidad de formular su propio proyecto para alcanzar sus fines a nivel estudiantil, académico y administrativo dosificando su ritmo de avance en función de sus naturales capacidades y del cuadro coyuntural de su propio ámbito, a los niveles de las diversas responsabilidades que han asumido en la Universidad
La eficiencia como producto de la auto responsabilidad.
Para la Universidad el estudiante es un adulto responsable de su aprendizaje y es por ello un participante del proceso al lado del facilitador. La metodología de aprendizaje centra todo este proceso en el participante, no en el profesor, pro cuanto como adulto debe afianzar su personalidad, su ética individual que significa una evaluación vivencial de sus potencialidades aptitudinales y de su capacidad de alcanzar objetivos y metas no predeterminadas por el sistema educativo sino que surgen de un análisis de sus aspiraciones formuladas con finalidades personales y sociales. (pp.94-97)
Carácter Nacional
Significa que la Universidad ha de estar presente donde las necesidades humanas y sociales lo requieren. La Institución no se siente limitada por encuadramientos geográficos en donde parecieran surgir fronteras a la búsqueda y a la divulgación del conocimiento, así como a la prestación de servicios que reclaman las comunidades nacionales que constituyen núcleo insustituible para el desarrollo de programas de investigación, de extensión o de docencia vinculados al más genuino interés nacional en la solución de los problemas del desarrollo independiente. La universidad estará donde ella sea necesaria, para esclarecer in situ un problema nacional, para contribuir a resolverlo, para evitar la migración interna de profesionales, para evitar el desarrollo de investigaciones y la formación de profesionales en laboratorios simulados cuando existen ricas posibilidades en la realidad telúrica y ambiental, para vincular al hombre con su terruño y verter sus fuerzas psicológicas al servicio del desarrollo de sus región y contribuir a la formación de una conciencia humanitaria. (pp. 97-101).
Carácter Participativo
Significa que la Universidad se aparta del sistema convencional de las clases magistrales con vigencia exagerada de aulas, pizarrones y rígidos horarios de labor. Al centrar en el adulto el proceso de aprendizaje, el aula está donde él se encuentra en las mejores condiciones para adquirir los conocimientos. El tiempo poco importa si la educación es permanente a través de la vida, todo depende de la capacidad intelectual, de las aptitudes y del esfuerzo que cada quien dedique a alcanzar los objetivos de su aprendizaje.
El carácter participativo está centrado en la búsqueda del conocimiento como actividad esencial e intransferible del participante, el cual aprende a aprender, asegurándose la aptitud ética y autocrítica de la persona.
El proceso de aprendizaje se manifiesta y toma contenido en la confrontación de la teoría con la práctica. Toda formulación teórica, debe ser verificada en la práctica para comprobar si tiene confiabilidad y validez. Toda formulación teórica confrontada con la realidad debe ser analizada, discutida, aceptada o refutada o quizás reformulada y perfeccionada. (pp.101-105).
Carácter Flexible
El carácter flexible de la Universidad le permite cierta elasticidad, al poder adoptar diversas posiciones y maneras situacionales derivadas del carácter andragógico de la institución.
El esquema estructural permite una amplia flexibilidad en el desarrollo de las funciones universitarias y en las instrucciones de cambios en la orientación de las diversas situaciones en función de las variables y el mercado de trabajo y de las necesidades que propone el desarrollo nacional.
En lo conceptual, la flexibilidad permite: ensayar nuevos sistemas de evaluación, la no-obligatoriedad de la asistencia al recinto universitario, la inexistencia de horarios prefijados, el que el participante pueda aprender a su propio ritmo y organice su propio esquema de estudio, la flexibilidad curricular, el poder conjugar la acción estudio y trabajo, producción y aprendizaje, ser un agente de cambio social al vincularse con la comunidad y contribuir a su desarrollo, podrá establecer sus propias empresas, que son también talleres de aprendizaje y de producción real. (pp.105-108).
Suscribirse a:
Entradas (Atom)